¿Cómo se desarrollan las plagas frente al cambio climático?

No cabe duda que el accionar del ser humano tiene un impacto y consecuencia directa sobre el entorno que lo rodea. Como es de conocimiento, ciertas acciones generan repercusiones nocivas para el planeta y cualquier ser vivo que lo habita. Se trata de la mayor amenaza ambiental que se está enfrentando la humanidad posiblemente a un corto plazo: el cambio climático.

Es una lista larga de consecuencias que depara y el conocimiento que tenemos de estas son cada vez más profundas; sin embargo, nos enfocaremos en cómo algunas plagas de insectos vectores de enfermedades pueden ser favorecidas con esta situación.

Los artrópodos (insectos, arácnidos, reptiles, entre otros) constituyen el filo más numeroso del reino animal y son seres vivos de sangre fría cuyo metabolismo no les permite mantener una temperatura constante y depende incondicionalmente de la temperatura ambiente donde habitan. Por esta razón, el cambio climático resulta ser un elemento causal sobre su biología y las enfermedades que pueden transmitir. Siendo específicos, decimos que las temperaturas por debajo de los 0ºC o mayores de los 40ºC resultan ser fatales.

Según estudios de la Oficina Meteorológica de Reino Unido, sugiere que las temperaturas entre 2022 y 2026 serán entre 1,1 y 1,7 ºC más altas que los niveles preindustriales (especialmente en la década de los años 70), además de que las previsiones para la siguiente década también son en alza, con incrementos de 0,4ºC en invierno y de 0,6 a 0,7 ºC en verano. Esta probabilidad está estimado en un 50%, pero de ser así, la Tierra superará una importante línea roja del calentamiento global.

A continuación, te compartimos algunos de los cambios más relevantes en el comportamiento de algunos insectos:

 

  • Hay un aumento de período de actividad: mosquitos, pulgas, garrapatas podrían adelantar el inicio de su actividad y retrasan el momento de su cese
  • Heladas persistentes son cada año más limitadas en su duración y menos generalizadas. Por lo tanto, se disminuye la mortalidad de estas especies asociadas a bajas temperaturas
  • A modo de superviviencia, han colonizado zonas de baja temperatura y progresado en la altura. Esto afectará en la aparición de enfermedades en otras zonas donde antes no lo había
  • Un aumento de temperatura genera mayor deshidratación, por lo que buscarán, con más frecuencia, fuentes de alimentación. Como consecuencia, habrán más picaduras. Por ende, más proliferación de enfermedades como el dengue
  • El cambio climático también es partícipe de la transmisión de enfermedades, ya que los patógenos son seres vivos que dependen directamente de la temperatura para poder proliferarse. Es decir, que los incrementos de temperaturas provocan el desarrollo de enfermedades en su etapa más temprana y un aumento del período de transmisión
  • El metabolismo de los artrópodos se acelera. Por lo que envejecerán más rápido
  • Existen especies que se adaptan en zonas urbanas, donde se genera un mayor incremento de las temperatura que en ambientes naturales

¿Preocupante, no? Por eso sabemos que como controladores de plagas tenemos un rol muy importante para la siguiente etapa de la humanidad. Seremos aún más fundamentales en no solamente con la economía, sino con el ecosistema y la supervivencia del ser humano.

Esta situación no es irremediable, pero dependerá de cada uno de nosotros el poder revertir la situación actual. Debemos estar listos desde ya.

Add a Comment

Your email address will not be published.